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El aumento de la temperatura global provoca la “feminización” de las tortugas

Existen múltiples factores que amenazan a la tortuga Caretta caretta, pero fundaciones como el CRAM luchan por su supervivencia

Por Júlia Cussó

julio 26, 2023

La Fundación CRAM (las siglas corresponden a Conservación y Recuperación de Animales Marinos) es una entidad privada sin ánimo de lucro que se dedica a la protección del medio marino y las especies que lo habitan. Es un centro único en Cataluña. Tiene diversas líneas de actuación, entre ellas la investigación y conservación de especies y ecosistemas marinos y la sensibilización sobre el estado actual del mar y las problemáticas que sufre. Además cuenta con una clínica que tiene el objetivo de tratar especies rescatadas en nuestras costas para devolverlas a su hábitat natural lo antes posible. 

La sede del CRAM está en el Prat de Llobregat (Barcelona). Es un edificio de hormigón donde se encuentra una cocina, el quirófano, diferentes salas donde los científicos trabajan y un espacio lleno de depósitos que hacen la función de tanque —cada uno de ellos representa una camilla—. Al fondo está Samba, una pequeña tortuga que ha sufrido un síndrome de descompresión y está en recuperación. 

Hablamos con la oceanógrafa Silvia Giralt, responsable del área de investigación y conservación de la Fundación CRAM, sobre uno de sus proyectos en curso: el de la protección de nidos y crías de la tortuga Caretta caretta (también conocida como Cabezona o Boba) en las costas occidentales del mar Mediterráneo. 

¿Qué proyectos desarrolláis y con qué especies trabajáis?

Trabajamos en todo lo que sea conservación de ecosistemas marinos, y actualmente el proyecto principal es la investigación de tortugas marinas. Intentamos llevar también otros temas que puedan afectar a los animales o los ecosistemas marinos, como pueden ser los estudios de los plásticos, el de poblaciones planctónicas o los diferentes ecosistemas.

La intención hoy es centrarnos en vuestro proyecto sobre la tortuga Caretta caretta. ¿Cómo nació este proyecto? ¿Por qué un programa específico para esta especie?

Dentro del Mediterráneo tenemos tres especies diferentes, pero la principal es la tortuga Boba o Caretta caretta. Por eso nos centramos en esta especie en concreto, es la más abundante y la que más impacto tiene en nuestro mar. En el proyecto de protección de nidos nos centramos en esta tortuga porque, de momento, es la única especie que está nidificando en nuestras costas, en el Mediterráneo español. 

Este proyecto nació cuando se empezaron a detectar estas nidificaciones, puesto que anteriormente no existían. Vimos que teníamos que actuar. Nace de la importancia de conservar estos nidos y de intentar buscar la conservación de esta especie en todas las etapas de su vida. No sólo en la parte adulta, que era un poquito más en la que teníamos esta interacción, sino también en las crías, en la parte reproductiva. 

El proyecto empezó como tal hacia el 2018, pero empezó a haber nidificación  e incluso crías antes. Hacia 2020 el proyecto se hizo más grande. Hemos tenido tiempo de estudiar más, de poder adaptarnos y generar un proyecto más global, no solo centrado en nuestra comunidad autónoma (Cataluña), sino también en las otras comunidades del Mediterráneo español.

¿Cuál es la situación actual de la tortuga Boba en el Mediterráneo?

Es una tortuga que está considerada en peligro de extinción pero en el nivel “vulnerable”, el más bajo dentro de ese riesgo. 

Sus poblaciones tienden ahora mismo a aumentar gracias a los proyectos de conservación, pero siguen dentro de este nivel de vulnerabilidad. En España está dentro de todos los programas de protección de especies, puesto que nuestras costas tienen una interacción bastante elevada con esta especie.

Sonda

La oceanógrafa Silvia Giralt supervisa los nidos de tortuga Caretta caretta que se encuentran en el CRAM. © Júlia Cussó para Sonda Internacional 

¿Hay más o menos tortugas que antes en nuestras costas? ¿Cuál ha sido su evolución y por qué?

Los estudios poblacionales de esta especie son muy complicados. Son animales que, a pesar de que salen a respirar fuera del agua, son difíciles de avistar. Son migratorias, es decir, no paran de moverse por todo el Mediterráneo y esto hace que el estudio, dentro de un mar que es cerrado, siga siendo extremadamente grande. Actualmente se están llevando a cabo muchos proyectos para su conservación y estudio y esto puede hacer que parezca que hay más tortugas, pero no lo sabemos. El historial que existe de estos animales es tan limitado que no se puede decir que ahora haya más tortugas. Sufren un impacto antropogénico mucho más elevado que antes.

Antes has comentado que es difícil identificarlas. ¿Cómo se diferencia la Caretta caretta de otras tortugas?

Entre especies es bastante fácil de identificar. Por ejemplo, las tres que tenemos en el Mediterráneo (la Caretta caretta, la tortuga Verde y la tortuga Laúd) son fáciles de diferenciar. La Laúd es la especie de tortuga marina más grande que hay. Pesa una media tonelada y el caparazón no es muy duro  —se la conoce también como tortuga de cuero—, así que es bastante identificable. Además, es completamente negra, muy visual, pero es la más difícil de ver porque habita en las profundidades y en alta mar. 

La tortuga verde también es fácil de identificar, porque es mucho más grande que la Caretta caretta. Normalmente pesa entre 150 y 200 kilos. La diferencia principal es que la Verde tiene una cabeza bastante pequeña, el caparazón es muy grande y tiene muchos colores. También tiene cuatro escudos (las placas o escamas duras que forman el caparazón). En la cabeza tiene dos escudos rostrales. También es fácil de identificar porque es la más próxima a la costa y porque es la única especie herbívora de las siete que existen en todo el mundo. Es muy común asociarla a zonas, por ejemplo, de posidonia o de vegetales marinos. La Caretta caretta no tiende a estar en estas zonas. Y, por último, tiene colores amarillentos, anaranjados, marrones, pero se le llama verde porque su grasa interior es de color verde a causa de su alimentación.

Y la Caretta caretta es fácil de identificar por su cabeza: se la conoce como Cabezona porque es su rasgo más característico. Es completamente marrón oscura por arriba y amarilla por debajo. Su caparazón tiene cinco escudos y la cabeza también. También se la puede identificar por el tipo de zonas donde la encontraríamos.

Los lugares preferentes para la anidación de las tortugas en el Mediterráneo son las costas de Grecia y Turquía, ¿Qué significa que se estén encontrando nidos en las costas españolas?

Esto nos indica que hay algún cambio dentro de la población mediterránea. El primer indicativo es que son animales que estaban en otra zona y que están nidificando aquí. Y esto puede pasar porque en esas zonas del Mediterráneo Oriental el cambio climático está provocando el aumento de temperaturas. Tenemos que pensar no solo en la temperatura de la arena, porque es donde pondrán los huevos, sino también en la temperatura del agua. Las tortugas marinas necesitan una temperatura adecuada para poder empezar el proceso de reproducción, por eso se están adaptando a la hora de buscar aguas no tan calientes. Lo que están haciendo es migrar hacia zonas de latitud un poquito más alta, donde la temperatura (del agua) es algo más fría y la de la playa también, para que los nidos no sufran tanto. 

Gracias a diferentes estudios que se han realizado en la Universidad de Barcelona, a través de la genética podemos establecer la población de la que forman parte estos animales, y estamos encontrando que hay tortugas atlánticas que están entrando en el Mediterráneo a nidificar. Y no sólo a nidificar, sino también a alimentarse. Sus zonas estables, como África o la costa este de los Estados Unidos, también están sufriendo el impacto del cambio climático. Se está estudiando el hecho de que estos animales están cambiando ya no sólo la nidificación sino todo su ciclo biológico, porque se está observando que hay hembras que maduran antes sexualmente y que se están adaptando al cambio climático. Tenemos que entender que son reptiles y que la temperatura es casi el factor más importante dentro de su ciclo biológico.

Nuestras playas están muy antropizadas y eso puede provocar que los nidos no salgan adelante y la población no aumente.

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Una sección de la clínica del CRAM donde asisten a los animales que lo necesitan. © Júlia Cussó para Sonda Internacional 

 

La tortuga Boba está catalogada como una especie en peligro de extinción. ¿Por qué? ¿Cuáles son las principales amenazas para esta especie?

La depredación natural existe cuando las tortugas son neonatas, pero desaparece una vez tienen un tamaño y una dureza determinada. Para algunas especies queda alguna amenaza natural, como puede ser algún tiburón, pero en general la depredación natural desaparece y pasa a tener amenazas a nivel antropogénico. El impacto humano está haciendo que las poblaciones disminuyan. Para la Caretta caretta, la amenaza principal es la interacción pesquera accidental, ya que estos animales se quedan dentro de artes de pesca no selectivas, como el arrastre. La contaminación de nuestros mares también es una amenaza importante para estos animales, puesto que bioacumulan diferentes sustancias: no sólo plásticos, sino también, por ejemplo, metales pesados o distintos químicos. La contaminación, sobre todo en el mar Mediterráneo, está afectando a estas especies. 

También nos encontramos impactos directos, como los que se producen cuando chocan con  embarcaciones. Les pueden causar heridas y provocarles la muerte. Además, tenemos interacción humana, por ejemplo, en el proceso de nidificación: nuestras playas están muy antropizadas y eso puede provocar que los nidos no salgan adelante y la población no aumente.

¿Cómo afecta el cambio climático a las tortugas en general? ¿Y a la tortuga Boba?

Les afecta a todas casi por igual. Lo más importante es el aumento de temperaturas causadas por el cambio climático, porque la temperatura regula todo su ciclo biológico y todo su metabolismo. Este aumento hace que su sistema metabólico esté variando. Pero un efecto más directo se produce en el caso de la nidificación: puede provocar que haya nidos que no salgan adelante porque necesitan un rango adecuado de temperaturas. También afecta a la reproducción, puesto que necesitan una temperatura adecuada y esto hace que estos procesos no se puedan hacer normativamente. Esto está incluso provocando que haya una feminización de la especie, porque la temperatura es el factor que determina el sexo de estos animales cuando se están incubando los huevos. En el caso de la Caretta caretta, la temperatura ideal son los 29,3° centígrados, que es la que crea un 50% de machos y un 50% de hembras. Si la temperatura va subiendo, habrá más hembras; si va bajando, se crearán más machos. 

Esto también se está estudiando para ver si estas tortugas se están adaptando o no al cambio climático. Tenemos que entender que este fenómeno les afecta en otros aspectos como la obtención de alimentos, la destrucción de hábitats, la sobrepesca, la erosión de nuestras playas, etc. Todo esto puede impedir la nidificación y la reproducción de estos animal

¿Y cómo les afecta la contaminación de los mares por plásticos y otros residuos?

Ingerir grandes cantidades de plástico puede provocar que el sistema digestivo no funcione bien y no se puedan alimentar correctamente. También tenemos lo que denominamos los enmallamientos: las tortugas se quedan atrapadas en plásticos, redes o cuerdas. Esto puede provocar la pérdida de extremidades o, incluso, la muerte. La pérdida de extremidades es una afectación bastante directa, pero son animales que pueden perder una aleta y no tener problemas. Esto es algo que nosotros trabajamos mucho: los humanos, a veces, nos equivocamos al intentar salvar a los animales. En el caso de los enmallamientos, la tendencia es de quitarlos. Pero si se quedan en una extremidad puede hacer que el torrente sanguíneo no funcione correctamente y se pueda crear una infección al intentar retirarlos, y eso puede provocar la muerte del animal. En cambio, la amputación de un miembro de forma natural puede no suponer la muerte, y puede que ese animal salga adelante. 

[En caso de encontrar una situación así] es muy importante llamar al 112 para que el animal sea atendido por un centro de recuperación. A veces con la desinformación podemos llegar a hacer más mal que bien. Siempre tenemos que ser conscientes de hasta dónde podemos llegar y en qué punto tenemos que llamar.

Tenemos que entender que son reptiles y que la temperatura es casi el factor más importante dentro de su ciclo biológico.

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Samba, una tortuga que ha sufrido un síndrome de descompresión y permanece en las instalaciones del CRAM durante su recuperación. © Júlia Cussó para Sonda Internacional 

¿Las tortugas que nacen y viven en el Mediterráneo migran a los océanos?

No sería normal. Las poblaciones, normalmente, tienden a quedarse en una zona si es adecuada para la alimentación, la reproducción y la nidificación. Es verdad que de forma esporádica hay individuos que tienden a hacerlo en otras costas, pero tenemos poblaciones bastante estables. Ahora estas poblaciones se están viendo amenazadas y están migrando. Es bueno que vengan las atlánticas para la dispersión genética, ya que tener una población muy estanca puede provocar que disminuya por la posible endogamia. Así que este movimiento es bueno.

Cuando una tortuga Caretta caretta se acerca a las ‘playas de nacimiento’ [como se conoce a aquellas donde depositan los huevos], ¿cuál es el proceso que sigue para la anidación?

Lo que hace la tortuga es salir del mar, buscar la línea de marea y sobrepasarla. Una vez encontrada esta zona, se arrastra hasta el lugar elegido: cuando ven que hay buena arena, buena humedad y que no es una zona inundable, empiezan a hacer un pequeño agujero donde se podrán esconder un poquito. Sacan un poco de arena para hundirse, lo que les permite ocultarse de depredadores. Una vez han creado este agujero, que nosotros denominamos precámara, comienzan a hacer el nido con las aletas posteriores. 

Primero crean una columna de unos 30 o 40 centímetros y después comienzan a hacer un círculo en forma de bombilla. Compactan la arena de alrededor y, cuando alcanzan la profundidad adecuada, empiezan la oviposición [la puesta de huevos]. Pondrán unos 100 huevos; una vez han acabado, vuelven a cubrirlo con la arena que sacaron antes, y con las aletas posteriores la van compactando. Luego camuflan el nido para que no se note.

¿Qué proceso siguen los expertos a la hora de proteger y, en caso de que sea necesario, transportar el nido?

La apertura del nido es un proceso extremadamente delicado. Durante el proceso siempre hay que mantener el huevo en la misma posición. Hacemos el estudio del nido, de la profundidad, cómo se ha creado y, cuando tenemos que trasladarlo, se busca un lugar de la playa adecuado y similar al del nido (original), e intentamos colocar los huevos de la misma manera. Intentamos que el impacto sea el mínimo posible. Después se tapa con la arena como si fuéramos la hembra y a continuación se dispone un vallado que protege el nido, tanto de la gente como de los depredadores. En Cataluña hay voluntarios que vigilan el nido las 24 horas. 

Además, en todos los nidos ponemos un termómetro que nos permite conocer la temperatura para comprobar si la incubación es o no viable. Cuando hayan nacido abriremos el nido porque puede haber alguna tortuga que no haya podido salir, puesto que hay algunas que maduran un poco más tarde, dependiendo de la temperatura. 

Normalmente, la primera tortuga que se haya incubado a una temperatura perfecta y que esté más madura, romperá el huevo. Este proceso de colusión puede durar hasta 4 días. A temperaturas más bajas el proceso de eclosión es más lento. Después vendrá lo que conocemos como “emergencia”, que es cuando salen las tortugas. Normalmente a la primera noche le llamamos “masiva”, porque es cuando nacen más tortuguitas. Este proceso de “emergencia” puede durar hasta 7 días, porque no todas maduran y salen al mismo tiempo. 

Cuándo han pasado estos días y sabemos que ya tendrían que haber madurado y salido todas las tortugas es cuando decidimos abrir el nido y ver si se ha quedado alguna retrasada.

La temperatura ideal son los 29,3° centígrados, que es la que crea un 50% de machos y un 50% de hembras.

¿Cómo es el proceso de las tortugas que nacen vigiladas por expertos y que después son reintroducidas a su medio natural?

Hay dos cosas: la incubación artificial y el proyecto de Head-Starting [técnica de conservación de especies que mantiene las crías en condiciones controladas de crecimiento, hasta su reintroducción en su hábitat]. En el caso de la incubación artificial, una parte se quedará en este proyecto de Head-Starting, pero otra será liberada en la misma playa en la que nació. Para las que se quedan dentro del proyecto de Head-Starting, siempre hay una parte de incubadora. Los animales que se quedan aquí permanecen alrededor de un año. Se les alimenta buscando el crecimiento y siempre del modo más natural posible. También hay un programa de enriquecimiento para intentar mantener todos los instintos naturales de los animales, porque serán liberados al medio natural. 

El proyecto de Head-Starting nos permite también estudiar el crecimiento y el comportamiento de estos animales durante los primeros años de vida, ponerles un microchip, hacerles analíticas, saber cómo está su sistema inmunológico y colocarles un localizador por satélite para poder seguir sus rutas.

¿Qué datos aporta seguir a las tortugas vía satélite?

Nos aporta dos datos muy importantes. Uno de ellos es el de la supervivencia, porque al fin y al cabo hemos estado un año trabajando con ellas para garantizar su supervivencia y poder seguirlas y ver si se están adaptando al medio natural. El otro es el estudio de qué hacen estos animales cerca de nuestras costas cuando son grandes, cuáles son las zonas de alimentación, dónde van, cuáles son sus rutas migratorias, etc.

¿A qué peligros se exponen los huevos que están en las playas y que aún no se han descubierto?

Los huevos son alimento de muchos animales, como ratas, gaviotas, cangrejos, insectos o perros, porque generan mucho olor y ellos los detectan como alimento. También hay gente que pasa por encima, o máquinas de limpieza que pueden sacar los huevos o compactar todavía más la arena, o incluso alguien puede clavar una sombrilla y romper los huevos. Tenemos muy masificadas nuestras playas, así que no es tan difícil que esto pase.

¿Qué debe hacer una persona no experta cuando se encuentra un nido en la playa?

Antes de nada, llamar al 112, puesto que se activará el protocolo para que los expertos se puedan trasladar a la zona. Puede haber tres situaciones diferentes: una hembra, un rastro o unas crías. Si no somos expertos, intentamos no tocar nada. 

En el caso de que sea una hembra, no se debe molestarla ni iluminarla. Las luces blancas son sinónimo de amenaza para la Caretta caretta y pueden hacer que la tortuga decida parar lo que está haciendo y vuelva al mar. Intentaremos colocarnos siempre a 30 metros por la parte posterior, nunca delante, y dejaremos que ella haga el proceso lo más tranquila posible. Intentaremos también no hacer ruidos ni dejar que haya animales cerca. Tenemos que recordar que los animales dejan un rastro y tenemos que intentar no pisarlo, porque el rastro es aquello que nos permitirá detectar los nidos. Pediremos (los expertos) muchas fotos del rastro o un croquis o un dibujo por si se borra. También se puede intentar balizar un poquito antes de que venga la policía, para que la gente no pase por encima y evitar que se borre. 

En el caso de las crías, debemos tener mucho cuidado de no acercarnos porque, a pesar de que lo más normal es que salgan del nido y vayan directas al mar, nosotros tenemos un gran problema en nuestras playas con la contaminación lumínica, que afecta a este proceso de nidificación. Las tortugas marinas encuentran el mar a través del reflejo de la luna sobre el agua y también un poco por el sonido del oleaje. La contaminación lumínica hace que las tortugas no vayan en dirección al mar. 

Así que si detectamos una tortuga, siempre debemos intentar no tocarla, porque estos animales son muy vulnerables.

Con la desinformación podemos llegar a hacer más mal que bien

Sonda

Playa de Cubelles al amanecer, provincia de Barcelona. © Júlia Cussó para Sonda Internacional

Teniendo en cuenta todo lo que hemos estado hablando, ¿cuál es vuestra previsión para esta especie?

Los programas de Head-Starting que hacemos aquí no los hemos inventado nosotros: se llevan a cabo desde hace bastantes años en otros países, y todos los estudios indican que la tasa de supervivencia de estos animales está ayudando a la especie.

Antes se creía que sobrevivía una tortuga de cada mil, pero estos ratios están bajando a una de cada 700 y las previsiones es que bajen a una de cada 500 gracias a los programas de conservación de crías. Todos los programas de conservación tienen el objetivo de mitigar las amenazas que afronta esta especie, pero no es lo único que se debe hacer. Tenemos que actuar a nivel de recuperación, pero también a nivel administrativo para reducir las amenazas. Y, como sociedad, también a nivel de amenazas antrópicas diarias: cambio climático, contaminación de nuestros mares, sobrepesca… Tenemos que actuar todos para que estas poblaciones sigan aumentando.

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