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Laponia española

Fotografías que recorren la Serranía Celtibérica, el mayor desierto demográfico del sur de Europa

#IIFFsonda

Balas de paja apiladas en un campo cercano al pueblo de Calderuela, en la provincia de Soria. © Santi Palacios para Sonda Internacional

Resumen del proyecto

#IIFFsonda
Título proyecto:

Megaincendios: más allá de la extinción

Autor/es:

Un proyecto de Sonda Internacional

Proyecto:

Este proyecto busca recoger en imágenes lo que rodea a los megaincendios que arrasan España para generar conocimiento sobre este fenómeno, mostrar qué hay detrás del nuevo comportamiento del fuego que destruye decenas de miles de hectáreas y enseñar las consecuencias en los ecosistemas y para la población. También recopilará las estrategias para combatir y convivir con estos nuevos incendios y compartirá los proyectos que buscan soluciones mitigando su proliferación, siempre con la fotografía, el vídeo y los recursos gráficos como herramienta principal. Porque ver es indispensable para comprender.

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Por Santi Palacios

31 mayo 2023

Si diéramos un metro cuadrado a cada ser humano, toda la población del planeta cabría en una superficie equivalente a la Comunidad de Madrid.

En el mundo somos 8.000 millones de personas. Esa cifra, dividida entre la superficie terrestre (unos 150 millones de kilómetros cuadrados, excluyendo zonas acuáticas), resulta en algo más de 53 personas por km2.

¿Somos muchos o somos pocos?

En lugares como Macao (China) hay más de 20.000 habitantes por km2; en el extremo opuesto, en países como Mongolia o Australia la media es de 2 y 3 habitantes, respectivamente. Pero estos números son promedios nacionales, datos a gran escala que no reflejan las diferencias entre territorios. 

En España, la densidad media es de 94 habitantes por km2. La población de la península se concentra especialmente en las costas y en las grandes ciudades de la meseta, y un proceso demográfico complejo lleva décadas agudizando esa tendencia.

No muy lejos del kilómetro cuadrado más poblado de la Unión Europea (que está en la localidad de Hospitalet de Llobregat y concentra a 50.000 personas) se encuentra uno de los mayores desiertos demográficos de Europa: la Serranía Celtibérica, también conocida como Laponia del Sur o Laponia española por tener una densidad de población similar a la región escandinava.

Sonda

Mapa de la Serranía Celtibérica. © Jorge Mileto para Sonda Internacional

La Serranía Celtibérica abarca tierras de cinco comunidades autónomas y diez de sus provincias: Burgos, Castellón, Cuenca, Guadalajara, La Rioja, Segovia, Soria, Teruel, Valencia y Zaragoza. Se extiende a lo largo de 65.489 km2, dos veces la superficie de Bélgica, y en él viven solo unas 460.000 personas repartidas en 1.311 municipios. La densidad media de población es inferior a 8 habitantes por km2.

Este ensayo es un viaje por la inmensidad de la Serranía Celtibérica: un recorrido en fotografías que captura algunas de las escenas que ofrece un territorio cargado de historia. Siempre de noche, cuando la ausencia de contaminación lumínica permite ver aquello que no siempre se puede observar.   

Pueblo de Castilnuevo, en la provincia de Guadalajara. Aunque hay segundas residencias y una casa rural, en el núcleo urbano del pueblo no vive nadie de forma permanente. © Santi Palacios para Sonda Internacional

El término Laponia del Sur o Laponia española fue acuñado en 2012, cuando la experta Pilar Burillo identificó la interregión de la Serranía Celtibérica como un territorio con menos de 8 habitantes por km2: es el indicador utilizado por la Unión Europea para identificar las “zonas muy escasamente pobladas”. Hasta entonces, el único territorio identificado con ese parámetro era la región escandinava de Laponia, según Francisco Burillo, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Zaragoza y promotor del Proyecto Serranía Celtibérica. Posteriormente esa baja densidad de población también ha sido identificada en la región conocida como Franja Céltica.

En la imagen: una constelación de satélites de internet de la empresa Starlink vista desde un bosque calcinado por las llamas en el segundo mayor incendio que tuvo lugar en España en 2022: ocurrió en  Bejís, en la provincia de Castellón, y arrasó cerca de 20.000 hectáreas.

En Sonda Internacional nos fijamos en la despoblación dentro del proyecto ‘Megaincendios: más allá de la extinción’ porque los expertos consideran el abandono rural como uno de los principales factores de riesgo para que se desarrollen grandes incendios forestales. 

Son procesos habitualmente ligados entre sí, pero aquí el matiz es importante: la clave está en el abandono. Este deriva en un crecimiento de la masa forestal que actúa como combustible, principalmente matorral, diluyendo los límites tradicionales de los territorios: un paisaje mosaico en el que la alternancia de tierras de cultivo, bosques, pueblos y pastos se erigían en fronteras para el fuego.

Tobes es un pueblo medieval abandonado perteneciente al municipio de Sienes, en la provincia de Guadalajara. Sus últimos habitantes se marcharon a comienzos de la década de 1970. En la actualidad existe un proyecto para su restauración. 

Parque eólico de Maranchón, en la provincia de Guadalajara. Los molinos de viento y las placas solares forman parte del paisaje actual de la Serranía Celtibérica.

“Cuanto menor es la densidad de población, menor es también la dotación de servicios públicos fundamentales”, dice Pascual Rubio, profesor de Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad de Zaragoza. A menos habitantes, “mayor es la distancia en términos de minutos para acceder a la vía de ferrocarril de alta velocidad más próxima, o a la autovía o autopista más próxima. Y también es menor, normalmente, la dotación de muchos servicios privados, como los comerciales”. Estos déficits limitan la calidad de vida de la población y hacen que el territorio sea menos atractivo como lugar de residencia permanente.

En la imagen: estación de tren del municipio de Aldealpozo, en la provincia de Soria. Pertenecía a la línea férrea Soria-Castejón, que fue inaugurada en 1941 y estuvo en servicio hasta 1996.

Pueblo de Castilnuevo, en la provincia de Guadalajara. © Santi Palacios para Sonda Internacional

Hay muchos pueblos de la Serranía Celtibérica que se han convertido en lugares de segundas residencias. En algunos casos, es esto lo que hace posible que se mantengan algunos servicios básicos.

La Serranía Celtibérica ha llegado a esta situación tras un proceso migratorio que se ha prolongado durante décadas. 

El éxodo rural se extendió durante todo el siglo XX, pero hasta finales de la década de 1950 el grupo humano era lo suficientemente numeroso y prolífico como para compensar a los individuos que emigraban, explica Pascual Rubio. Ello permitía que la población se mantuviera razonablemente estable o con descensos ligeros. A principios de la década de 1960 empezaron en España dos procesos fundamentales y relacionados el uno con el otro: la industrialización y la urbanización. La industria en España se concentró en las ciudades, elevando la demanda de mano de obra en los entornos urbanos. A esto se sumó un proceso de mecanización de la agricultura que redujo la demanda de mano de obra en el campo.

En la imagen: Balas de paja apiladas en un campo cercano al pueblo de Calderuela, en la provincia de Soria.

La media de edad en el 40 % de los municipios de la Serranía Celtibérica supera los 50 años. “Lo peor está por venir”, dice Francisco Burillo. Al proceso migratorio se suma el descenso de la población por las defunciones de las personas mayores que aún habitan los pueblos, sin relevo generacional.

En la imagen: Una de las tumbas que se conservan en el cementerio de Santolea, en el Maestrazgo (Teruel). Este pueblo fue expropiado en 1970 para la creación del embalse y presa que llevan su nombre, y que se mantienen en la actualidad.

Bosque arrasado por las llamas en marzo en el límite entre las provincias de Teruel y Castellón, cerca del municipio de San Agustín. El incendio quemó cerca de 4.700 hectáreas. © Santi Palacios para Sonda Internacional

Hay tres elementos necesarios para que comience un incendio: la energía de activación (la chispa que inicia el fuego), oxígeno y combustible. En el caso de los incendios forestales los dos primeros son de difícil control: siempre hay oxígeno y siempre puede saltar una chispa, ya sea por causas naturales —rayos— o causadas por el ser humano —negligencias, accidentes o de forma intencionada—. Esto reduce la capacidad de actuación al tercero, el combustible (la masa forestal). La gestión de los bosques se convierte así en el factor crucial en la prevención de incendios. 

Una vez originado, en el comportamiento de un incendio forestal influyen también tres factores, explica Mónica Parrilla, responsable de la campaña de Bosques de Greenpeace: la topografía, la meteorología y, de nuevo, el combustible. “La falta de dinamización del medio rural por falta de apoyo institucional ha llevado a un aumento de la superficie forestal fruto del abandono”, dice Parrilla. El resultado es “un aumento de la superficie forestal muy vulnerable al fuego”.

Embalse de la Toba, en el Parque Natural de la Serranía de Cuenca. © Santi Palacios para Sonda Internacional

‘Contaminación lumínica: luz artificial que brilla donde no se desea ni se necesita’.

El territorio de la Serranía Celtibérica se corresponde en gran medida con el Sistema Ibérico. En la imagen vemos la estela de luz que dejan los coches a su paso por el cartel que marca el límite entre las provincias de Soria y Zaragoza. Al fondo el Moncayo, la cumbre más alta de este sistema montañoso.

Casa abandonada de guardas forestales en el municipio de Selas, provincia de Guadalajara.

Esta escuela del pueblo de Castilnuevo, en Guadalajara, quedó en desuso a principios de la década de 1960.

Cuadernos publicados en las décadas de 1920 y 1930 que se conservan en la antigua escuela de Castilnuevo.

Comarca de Tierras Altas, en la provincia de Soria.

Castillo de Santiuste, en la provincia de Guadalajara. © Santi Palacios para Sonda Internacional

Las zonas con despoblación extrema son “un enfermo terminal que necesita que se le apliquen de forma urgente las medidas legisladas por la Unión Europea para las zonas desfavorecidas”, dice Francisco Burillo.

Parque Natural del Cañón del Río Lobos, en la provincia de Soria, cerca del límite con la provincia de Burgos. © Santi Palacios para Sonda Internacional

La provincia de Soria, uno de los epicentros de la despoblación, está considerada un referente en España en cuanto a gestión forestal: el llamado Modelo de Soria es una muestra de ese relevante matiz que diferencia “despoblación” y “falta de gestión”, dice Pablo Sabín, director general de la fundación Cesefor. En los últimos veinte años, la provincia de Soria solo ha sufrido dos grandes incendios forestales.

Central térmica de Aliaga, en las Cuencas Mineras, provincia de Teruel. Esta planta termoeléctrica estuvo activa desde la década de 1950 hasta 1982, cuando cerró sus puertas por falta de rentabilidad. La actividad que generó durante tres décadas multiplicó la población de Aliaga: el pico se alcanzó en 1960, cuando rozó los 2.500 habitantes. En la actualidad están censadas en el pueblo 323 personas.

Campos de cultivo en la provincia de Guadalajara, cerca del límite con la provincia de Teruel. © Santi Palacios para Sonda Internacional

La agricultura, cada vez más extensiva y mecanizada, es todavía una de las principales actividades económicas de la región. “El cambio climático, con aumento de las temperaturas y la sequedad, es otro factor que se une a las circunstancias actuales que incrementan la despoblación”, explica Francisco Burillo.

Un rebaño de ovejas en el Puerto de San Cristóbal, a 1.400 metros sobre el nivel del mar, en el Maestrazgo, provincia de Teruel. Una cruz templaria y el año 1622 aparecen marcados en piedra sobre la entrada de la casa.  

El sector ganadero está evolucionando ante las enormes dificultades que sufren los pequeños propietarios para rentabilizar su actividad y por el auge de las explotaciones intensivas. Pese a ello la ganadería continúa siendo, junto con la agricultura, una de las principales actividades económicas en la Serranía Celtibérica.

Municipio de Selas, en la provincia de Guadalajara. © Santi Palacios para Sonda Internacional

La densidad de población puede ser un indicador tramposo. La media de la Serranía Celtibérica es de 6,99 habitantes por km2 (2019). Tan sólo cuatro municipios de esta región superan los 20.000 habitantes: Calatayud, Cuenca, Soria y Teruel. Al mismo tiempo, otras zonas sufren algunos de los índices de despoblación más extremos de Europa, como la comarca de Tierras Altas (Soria), con cerca de 2 habitantes por km2, o los Montes Universales (Teruel), donde no llega a 1 habitante por km2.

Soria capital y municipios cercanos vista desde la comarca de Tierras Altas. © Santi Palacios para Sonda Internacional

Créditos

Fotografía y texto: Santi Palacios | Edición: Maribel Izcue | Colorista: Joan Roig | Mapa: Jorge Mileto | Traducción castellano-inglés: Lily Mayers

Costes de producción

El autor ha realizado doce viajes entre enero de 2022 y abril de 2023 por el territorio de la Serranía Celtibérica para realizar este trabajo. Han sido 55 días de trabajo en el terreno, sin contar las jornadas de edición. 

La producción de este ensayo fotográfico ha acarreado unos costes aproximados de 5.500 euros, en conceptos de transporte, comida, alojamiento y material de trabajo, que han corrido a cargo de su autor. 

Sonda Internacional es un medio de comunicación sin ánimo de lucro, fundado y gestionado por un pequeño grupo de periodistas. Creamos este medio como organización sin ánimo de lucro porque años de experiencia en esta profesión nos demuestran que el periodismo en profundidad es un servicio público valorado por gran parte de la población, pero no es un negocio rentable. Sonda intenta sostenerse con las donaciones de socios/as que creen en la importancia del periodismo y la crisis climática. Te necesitamos para hacerlo realidad. Puedes hacerte socio/a mensual o anual (o hacer una donación puntual) aquí.

Megaincendios: más allá de la extinción

Este ensayo fotográfico forma parte del proyecto Megaincendios: más allá de la extinción, un trabajo de largo recorrido que sólo es posible gracias a la colaboración de expertos/as y, sobre todo, de la comunidad de socios y socias que nos apoya para hacer periodismo visual sobre la crisis climática. 

El proyecto ya está en marcha, pero necesitamos apoyo para completarlo. 

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